Impacto de la Discapacidad Auditiva
El desarrollo de un niño con discapacidad auditiva es distinto y depende de muchos procesos y factores adicionales como el entorno en el que vive, sus contactos con su entorno inmediato, su competencia comunicativa y su nivel de desarrollo emocional, social y cognitivo. Es muy importante detectar el grado de pérdida auditiva lo antes posible para poder tomar las acciones necesarias.
Sin duda, la presencia de una discapacidad auditiva es un factor muy limitante de la capacidad de explorar y aprender sobre el entorno inmediato.
Grados de Pérdida Auditiva
Esta limitación viene determinada por el grado de pérdida auditiva, que influye en las habilidades lingüísticas y, en consecuencia, en la competencia comunicativa del niño.
Existen varios grados:
- Pérdida auditiva leve (baja): 20-40 dB
- pérdida auditiva moderada (media): 41-70 dB
- pérdida auditiva severa (grande): 71-90 dB
- pérdida auditiva profunda: más de 90 dB
- pérdida auditiva residual
- sordera
Efectos de los Grados de Pérdida Auditiva en el Habla
Una pérdida auditiva leve provoca el desarrollo del habla en el oído del niño. El desarrollo del habla sea relativamente normal, espontáneo, el habla suele ser normal, y el habla deficiente suele ser espontánea, la articulación afecta sólo a algunos sonidos.
Una deficiencia moderada significa que el desarrollo del habla sigue siendo espontáneo, pero a un ritmo más lento. El vocabulario se enriquece con nuevos términos con un ligero retraso y la percepción del habla tiene lugar con el apoyo del canal visual.
La pérdida auditiva severa implica una falta de respuesta a los sonidos y al habla el habla sólo se percibe con el apoyo de la lectura labial. El habla del niño no se desarrolla de forma espontánea, natural y puede estar gravemente alterada. Afecta al conocimiento del mundo. Sin el apoyo terapéutico adecuado resulta incomprensible para quienes le rodean.
La hipoacusia profunda se asocia a una falta total de percepción de señales, incluso de alta intensidad. La percepción del habla es completamente imposible, y los intentos de apoyar su recepción mediante la lectura de labios no siempre tienen éxito. El habla del niño no se desarrolla, y si se intenta transmitirla, sin asistencia terapéutica profesional, se pierde por completo.
Desarrollo Psicosocial de niños con pérdida auditiva
Aspectos seleccionados del desarrollo psicosocial del niño con discapacidad auditiva:
Durante el periodo preescolar, se producen en la vida del niño muchos cambios evolutivos de naturaleza dinámica. Éstos afectan tanto al desarrollo socioemocional, cognitivo – emocional, y comunicativa. Como resultado, el niño puede comprender mejor el mundo que le rodea, percibir su compleja estructura y aprender a desenvolverse de forma autónoma en él.
Al adquirir estas habilidades, el niño aprende a comprender, regular y modificar su propio comportamiento (autorregulación de las emociones, la motivación y las acciones), así como a desenvolverse en el mundo social (conciliando los propios deseos y necesidades con los de los demás). Al mismo tiempo, suele producirse un proceso de emancipación.
Está condicionado, por un lado, por un claro deseo de socializarse y ajustarse a las normas y reglas de la vida social y, por otro, por el afán de autorrealización, ser un individuo autónomo. En un proceso que funcione bien, estos factores se equilibrarán entre sí. El niño desarrollará su individualidad, y su personalidad y rasgos de carácter se mantendrán de acuerdo con las normas socialmente aceptadas.
En la edad preescolar, también es claramente visible otro rasgo fundamental: la iniciativa. El niño se enfrenta a otra tarea: de acuerdo con su voluntad, sus convicciones y sus expectativas, debe actuar para conseguir un objetivo (iniciativa). Pero toda acción debe ser de acuerdo con las normas sociales. Por lo tanto, en caso necesario, debe ser capaz de contrarrestar…su iniciativa y modificar sus acciones para que sean socialmente aceptables. Esta iniciativa, se convierte en un aliado en el desarrollo del niño. Él o ella aprende a tomar decisiones sin sentirse culpable o temeroso. El problema surge cuando el niño no siente un equilibrio entre iniciativa e inhibición. El resultado puede ser un sentimiento de culpa excesivo, falta de confianza en que sus intenciones tendrán alguna posibilidad de realizarse.
El niño en edad preescolar se caracteriza por un vocabulario rico. Puede percibir y describir relaciones entre acontecimientos o fenómenos no sólo en el presente, sino también en el pasado y en un futuro próximo. Se caracteriza por una gran curiosidad por el mundo y los fenómenos que le rodean. Es durante este periodo cuando formula innumerables preguntas como “¿por qué?”, “¿qué es?” o “¿dónde?”, que son indicativas de la naturaleza causal del pensamiento. Con el tiempo, este pensamiento se hace cada vez más abstracto: el niño adquiere la comprensión de las causas de los fenómenos, el niño adquiere la capacidad de utilizar conceptos globales. Se produce un cambio peculiar del pensamiento de imágenes y movimientos al pensamiento verbal y conceptual. Se produce una especie de desplazamiento del pensamiento verbal y conceptual. El niño a una tarea comprensible adapta su conocimiento y experiencia y es capaz de cumplir la tarea de forma sencilla.
En el caso de un niño con discapacidad auditiva, la curiosidad natural por el mundo se reduce a lo que está al alcance de los mecanismos compensatorios. El funcionamiento biopsicosocial está fuertemente correlacionado con el grado de deficiencia auditiva, la causa y la localización de la deficiencia, el momento de aparición.
Depende del inicio y la eficacia de las intervenciones terapéuticas adecuadas al tipo de pérdida auditiva. El tipo de hipoacusia. Las alteraciones, interferencias o déficits son de diverso grado y en ellos influyen muchos factores, además de los biológicos y terapéuticos, entre los que se incluyen, por ejemplo, el entorno de desarrollo del niño, los estilos de crianza, el ambiente familiar, etc.
El niño hipoacúsico adquiere conocimientos en el proceso de desarrollo y experiencia. Sin embargo, la adquisición de estas experiencias es diferente a la de un niño oyente.
Puesto que la percepción del mundo se basa principalmente en los sentidos táctil, visual, olfativo y vibratorio. Las percepciones que se forman en la mente del niño son incompletas, ya que están más o menos limitadas por los estímulos auditivos. En casos de incapacidad para desarrollar plenamente el habla fónica. Esto puede repercutir en los logros escolares del niño con hipoacusia. Los niños con alteraciones de la percepción auditiva experimentan dificultades en la formación de conceptos y cambios relacionados en el pensamiento, en relación con dos habilidades: la generalización y la abstracción.
Los niños con deficiencias auditivas se caracterizan por un egocentrismo. También se caracterizan por un pensamiento rígido y estereotipado, que se refleja en el hecho de que tienen una deficiencia auditiva – pensamiento, que se hace especialmente evidente en la realización de tareas específicas de la misma manera, fija y aprendida, sin capacidad para modificar flexiblemente las actividades.
También se observa una tendencia a recordar detalles y detalles, pero sin la capacidad de combinarlos en un todo. Esto se manifiesta, por ejemplo, al trabajar con textos. Los niños con deficiencias auditivas carecen de la capacidad de reproducir un texto con sus propias palabras, de seguir un texto con sus propias palabras y tienen una fuerte tendencia a copiar y copiar fielmente.
Tienen una fuerte tendencia a copiar e imitar patrones ya hechos. También tienen muchas dificultades con los conceptos simbólicos, que tienden a malinterpretar y tomar al pie de la letra. Esto se debe a su falta de experiencia lingüística y a su escaso vocabulario. Es difícil recordar palabras que no se han oído, y aún más difícil asociarlas a un símbolo convencional.
Por tanto, el trastorno de una función cognitiva provoca cambios en todo el proceso cognitivo. Incluso si parte de la función de la audición dañada es asumida por los otros sentidos, el niño con discapacidad auditiva tiene menos probabilidades de tener éxito en la escuela que sus compañeros sin discapacidad.
Influencia Emocional y Social del niño con hipoacusia
La esfera emocional y social del niño sordo o con dificultades auditivas también está marcada en cierta medida por la presencia de una pérdida auditiva.
La esfera emocional y social de un niño sordo o con problemas de audición también está marcada en cierta medida por la presencia de un defecto. En el núcleo del desarrollo, como ya se ha mencionado, se encuentran las habilidades comunicativas. El primer entorno de toda persona es la familia, y la principal fuente de experiencia lingüística es el contacto con la madre. Los primeros mensajes verbales que los miembros de la familia inmediata dirigen al niño están orientados emocionalmente. El niño aprende lo que es la aprobación, la alegría, la aversión o el enfado. Sin embargo, en el caso de los niños con deficiencias auditivas, la comunicación en este entorno suele verse perturbada. Un niño que no ha aprendido a leer las emociones correctamente tampoco será capaz de expresarlas correctamente. La expresión de las emociones más sencillas, como el miedo, el enfado, la rabia o el nerviosismo, se hace, por tanto, de manera sencilla e impulsiva.
Por este motivo, es especialmente importante que el niño tenga una buena relación con sus padres. La relación con los padres es especialmente importante, sobre todo con la madre, con quien el niño desarrolla un vínculo especial y a través de quien experimenta una sensación de aceptación incondicional.